No te canses de darme
esa luz que brota gloriosa;
esos pájaros errantes
que llevan tu misterio
en la sombra de sus alas.
Los árboles crecen amargos
a pesar de las fragancias,
y es que mis lágrimas
los han regado
con la serenidad azul
de mi dolor.
No te canses de deslizar
tu lumbre
en mi sendero agotado,
que aún la esperanza
se aferra como hiedra
a mi sombría canción.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario
\"Sendero de inspiración\"
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