alupego (Ángel L. Pérez)

LA TELARAÑA

 

Atrapada en la tela.
La mosca se rebela.
En el recuerdo,
el hombre se debate.
Una red invisible.
De invisibles alcances.
En su mágica trama,
le rodea y le atrae.

Todo queda sujeto,
al albur de la trampa.
Esos hilos te alcanzan,
donde quiera que estés.
La neblina de sueños,
en la mente te envuelve.
Como alas gigantes,
tapan la desnudez.

La inmaterial sustancia,
que alimenta y anima.
Rigurosas sentencias,
que condenan y obligan.
Empapa el intelecto.
Como una lluvia fría,
congelando su ser.

En los mil pensamientos,
que rodean la idea.
Corpóreas las esencias,
abrazan la intención.
Alargando sus brazos,
en la dura pelea.
Buscando la razón.

Se ha quedado sin huella,
la pisada que alienta.
Sin nervios se han quedado,
las intenciones muertas.
Un soplo se ha perdido,
en la fiera tormenta.
Un suspiro ha salido,
sin esperar respuesta.

Infinitos tentáculos,.
Como una inmensa rémora.
Se aferran a los cuerpos,
libando sus esencias.
Prendidos en su piel.
Y en los huecos que quedan,
en las precarias mentes.
Se instalan los parásitos,
siempre con un mal fin.

Solo el firme deseo,
de enriquecer la vida.
Llenando su resquicios,
con amor y saber.
Frenarán esa garras.
Infectas y malignas.
Que envueltas en mentiras,
te querrán poseer.
A. L.
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