Mitad de mi Ser,
a ti te escribo,
en esta noche oscura e inerte,
mis últimos versos.
Recuerdo tus caricias a mi alma.
Las caricias a mi rostro desdibujado,
y a mi cuerpo lánguido,
transido de Amor y Belleza...
La locura ardiente,
que rasgaba mi pecho.
Eras la amalgama
perfecta y absoluta,
que surcaba esa inolvidable
inmoral y escondida
comunión entre dos mortales.
Aquel latido.
Tu piel y la mía.
Un mismo suspiro.
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Seremos extraños
desde ahora,
o quizás podramos
encontrarnos en otra Vida,
y ver juntos
aquella claridad diáfana
que nos unía...
Recuerdos,
busca más recuerdos!,
que aquieten,
tantas brutales
e injustas
y añejas
heridas....