Amor mío,
espero verte esta noche en mis sueños de nuevo,
opacando las imágenes de frías angustias
que se revelan en mis noches de avistamiento a la vigilia.
Noche toledana la que me espera hoy
al ver de nuevo tu rostro distorsionado que el azar de los sueños me crea;
Discurro sobre ella,
alzo la mirada y veo tu brillantez
iluminando mis ojos secos de oleadas de sospechas;
El miedo no desaparece,
pero al despertar un nuevo aire me abraza
para respirar tu perfume cálido que de tu piel florece [...]
Y duermo de nuevo
para contemplar tempestivamente un nuevo rostro distorsionado
que me ofrece una mirada fresca y reluciente.