En aquel anochecer
Dos almas se cruzaron sin querer
La luna cómplice los unió
Ya nada se podía hacer
Testigo firme del más puro amor.
Nada es más bello que el amor verdadero,
aquel que al anochecer
en Madrid con café y hielo,
provocan que de sus bocas
broten mil palabras...
mil palabras que dicen la misma cosa...
Nació el amor... ¡Qué cosa más hermosa!
Un sí dijo él
Ella solo una inclinación de cabeza pudo hacer
Y así quedó sellado un tierno amor
En la madrileña noche
Al abrigo de la emoción
Que el acercamiento de sus bocas
Y el calor de sus cuerpos confirmó.
Hasta las estrellas del cielo sonrieron
por aquel tierno beso que se dieron
y el mundo pareció deternerse
los amantes decidieron perderse,
todo empezó allí
en aquella bella noche de Madrid.
Y lo que un sueño pareció
En real se convirtió
El amor es realidad
Cuando dos almas afines se encuentran
Y se aman de verdad.
Lo que un día fue imaginación
Ya no es tal
Cuando Cupido lanza sus flechas
Sin avisar...
Y así paso a paso caminaron
de la Plaza Mayor al Parque del Retiro.
¡Él la mira... ella lanza un suspiro!,
y juntos de la mano emprenden el camino,
seguros, sin dudas, confían en su destino;
ese que tanto soñaron y el que tanto esperaron.
Seguros que ésta vez Cupido no fallará
y para ellos el amor... ¡Al fin vencerá!