Dejó de hablar, y rmpezó a comunicar.
Con solo una mirada, corrieron rios de tinta.
Con el gesto de una mano, florecieron jardines, renacieron antiguas lenguas
y se borraron fronteras.
Con un simple parpadeo, se impuso la ley
que nos hace libres por siempre.
Una tierna caricia disipó todas las dudas.
Un beso en la mejilla hizo fuerte al más débil
y despertó la compasión del más temeroso.
Después de un silencio que lo dijo todo.
Empezó a hablar y comprendió.