Son mis noches eternas por tu ausencia;
tu recuerdo me sirve de almohada,
al silencio mendigo su clemencia
esperando tus besos de frazada
añorando tu mágica presencia!
Cuando empieza la noche tan sombría
sin piedad el silencio el alma cala,
y cargada de llantos y agonía,
el anhelo profundo siempre exhala
el silente deseo de alegría.
Siempre sueño que brille la alborada
rebosante de nardos y claveles,
en mis mares de ensueños amarrada
se desatan delirios en tropeles,
de volver a tu lecho apasionada:
En mi cuerpo desborda el gran concierto
de libidos orgasmos en cadena,
y mis ansias de amor, al descubierto,
me conmueven de ardor mi piel morena
que suspira tenerte a mar abierto!