mgs1984

Te esperé en el café del barrio

 

Mi tiempo vale oro, puro oro…
Tarde lo entiendo,  bebiendo
los segundos entre un café y otro
y otro y otro y otro y otro
viendo pasar la tarde lloviendo
y lloviendo y lloviendo…y lloviendo.

 

 Toda mi tarde de obscura silueta
mirando una y otra vez la puerta…
Los latidos crujen, las gotas calan
la risa se calla, los que hablan
son los silencios, la lluvia repleta
de espera… espera…. espera…

 

Como una bella rosa solitaria,
me quedo vestida y alborotada,
entre la brizna perfumada
de café, y humedad derramada,
muerta de hastío y estrafalaria
mirada de luto… con mi luz apagada.

 

Me siento  como moneda devaluada,
bebiéndome la hora, la velada,
el café sorbo a sorbo, en la unitaria
mesa desolada, entre gotas llenada
de ruidos y truenos... gota salada
cayendo como pena en funeraria.

 

Tarde entiendo, entre uno y otro,
y otro Y otro café, que es oro
mi tiempo, mi vida es tesoro
y se debe valuar con impoluto decoro
porque mi latido y alma milenaria
son más que la espera de tu rostro.

 

Mi corazón  es oro y vale más que plomo...
Ya no surcaré mi tiempo en tu llegada.
La lluvia se irá…se irá... se irá cansada
entre un café y otro y otro y otro…..
Olvidando que para ti mi aforo
no es importancia ni mundo ni un todo...

 

Mariana Gutiérrez, junio 2018