Raul Gonzaga

No más voces pesimistas

 

¿Por qué hombres impertinentes
Se inventan vanos fantasmas,
Encadenando sus almas
A cosas tan insolentes?

Siempre se muestran pendientes,
No del tronco; sí, en las ramas,
Y por doquier ven las llamas,
Lloro y rechinar de dientes;

Y condenan lo más fino
Por temores escondidos,
Siempre con pésimo tino

A todos juzgan perdidos;
Ya verán, y no adivino,
Que sus juicios son fallidos…