¿Por qué hombres impertinentes
Se inventan vanos fantasmas,
Encadenando sus almas
A cosas tan insolentes?
Siempre se muestran pendientes,
No del tronco; sí, en las ramas,
Y por doquier ven las llamas,
Lloro y rechinar de dientes;
Y condenan lo más fino
Por temores escondidos,
Siempre con pésimo tino
A todos juzgan perdidos;
Ya verán, y no adivino,
Que sus juicios son fallidos…