Me ahogo entre versos vacíos,
entre melodías monótonas,
entre gritos silenciosos,
entre sollozos nocturnos.
Me ahogo en mi almohada,
con la cara mojada
y los ojos hinchados.
Me ahogo dentro de mi propia piel;
piel que arde,
arde hasta quemar,
arde hasta burbujear.
Me ahogo dentro de mi propio cuerpo;
mis órganos se hacen agua
y mis venas se hinchan.
Me ahogo hasta erosionar,
debo correr,
pero no hay lugar al cual escapar,
no hay guarida.
Me ahogo.
Me ahogo hoy.
Me ahogo siempre.