He de acercarme a ti por la ladera de las sensaciones
despaciosamente, como en la antesala de una revelación.
Mis palabras sonarán exactas y estéticas, denunciando una incipiente inquietud,
y advertirás que un sentimiento embrionario se moviliza a tu alrededor,
y querré llegar hasta que me oigas, en un simple discurso
de oraciones antiguas, atesoradas en mi pecho.
Digo compartir, no quiero poseer
no quiero tenerte, quiero estar contigo
no digo detentar, si no amarte en libertad
no debes complacerme, solo debes ser tú
y seré yo, y me amarás si te place, no depende de mi
es tu libre elección.
No pergeñaré sacrificios para merecerte, el amor no se merece,
sabré lo suficiente si te miro profundo y te tomo la mano,
y si no hallo sustento, continuaré inagotable mi camino
llevando un halo de tu imagen en mi memoria.