Las ansias mías enloquecen
al ceñirte en los brazos.
El aroma que despides,
sedúceme hasta los tuétanos,
el juicio sin cesar enajena.
Implantándose en los sentimientos,
haciéndome sentir que la existencia
de mi ser eres tú.
En mis largas noches de insomnio
el candor de tu sonrisa en la conciencia aflora.
Al llegar la aurora los despertares
se desnudan.
Tu cuerpo en las retinas dibujando sentires
los paraliza.
Marañas de felicidad los momentos alborotan,
al despertar a ti abrazado.
De tus ojos el candor,
embriagadoras miradas estila
perdiendo en ellas la razón.
Los lánguidos vacíos de mi espíritu
de alegría sin cesar se llenan.
bambam