RENACIMIENTO
Tiempo de cien otoños,
palabras sin lenguaje profetizan
una proclama de cenizas.
Besos, rosas, corazones agrios,
son diadema de roca que engalana
la inminencia de la derrota.
Agoniza el pulso del corazón,
antes de la muerte transparente,
soy el hombre, al que bautizaron \"nadie\".
Y en el virus de la vida,
catacumbas y muros se levantan
en el edén, el del infinito ocaso.
Miradas que no comprenden
el mensaje de las estrellas
y se derriten en su propia garganta.
El ojo que solo bebe sus miserias
y enmudece los gritos digeridos del alma,
soy el hombre, el que \"no sucede\".
Arden los huesos sin consumirse
y ya casi sentenciado al polvo
se redimen en la era de los niños.
Ser regreso, ser amanecer y hierba,
enhebrarse en el ciclo del encuentro
hasta fundirse en luz fraternal.
Inéditos son los rostros, son significado,
y al fin, renacer... Tiempo de cien primaveras,
soy el hombre, el que \"ahora escribe\"...
A.C.F – JULIO 2018
ARGENTINA