Son los que se precian de no tener enemigos,
de caer siempre o casi siempre bien,
de no decir nunca lo que realmente piensan,
y sobre todo lo que meditan o dudan.
Son los que hablan de términos marketinianos,
de visibilidad, de índices de popularidad,
de clientes internos y externos,
y de venta de principios y de la verdad.
El amante de la mentira,
habla mal de los demás,
pero nunca de frente y a la puerta,
siempre con mensajes y actuaciones entrelineas.
El amante de la mentira,
no tiene amigos,
tiene aliados y apoyos,
cojines y trampolines en la búsqueda de ascensos.
El amante de la mentira,
nunca habla bien,
de quien no lo beneficia,
pero puede cambiar si lo necesita.
El amante de la mentira ,
le suele ir bien en el mundo actual,
porque sabe moverse entre bambalinas,
nunca dice lo que piensa,
y si es necesario te pisa y te traiciona.