Hoy navego hacia tu adiós.
Mientras me despido de tu cuerpo una última vez
en esta nave de cerezos marchitos.
A la vez que los recuerdos,
inundan este mar de sentimientos,
y me sumerjo en cada abrazo,
como cuando todo era perfecto,
y solo nos entendíamos con el lenguaje del amor.
Esta noche me despido de tí morena,
pero mi amor no se despide.
Porque te sigo amando.
¿Suena ilógico cierto? Pero así es el amor.
Tan ilógico que un dia te da todo,
y al dia siguiente de lo quita y estás solo.
Pero nunca te olvidaré.
Porque en nuestros recuerdos, siempre te abrazaré.