Antes de empezar a dar forma a tantas y tantas cosas que me gustaría comunicar y
compartir,hablar de que me ha motivado a dar el paso de escribir. Antes de nada,
daré unas breves pinceladas sobre mi recorrido, a modo de pequeña Bitácora,iré
enlazando (en la medida de lo posible...puesto que me es difícil ) retales de otras
personas,que de aquí y allá, que de alguna manera me hacen reflexionar y van
configurando mi mapa mental,con el que voy elaborando un "NUEVO ORDEN DE
COSAS" , puesto que todo lo que nos habían "vendido" hasta ahora como válido,
ha demostrado en la práctica que no lo es.
Sólo desde la autocrítica, el dialogo plural y la motivación, así como la participación
conjunta"LOGRAREMOS ESE OBJETIVO".
EL LAZO BICOLOR: Símbolo que aporto desde la reflexión, desde la sangrante realidad
silente, de que cada vez, somos mas víctimas (entre ellas me incluyo, por ser mujer
entre otras tantas razones que podría aportar...)y la de que"LAS MUERTES, NUNCA
DEBIERAN SER SILENCIADAS", Con este gesto que implica, LUTO-POR CADA MUJER
MUERTA EN VIOLENCIA, de género, doméstica. sexual, etc...
Somos cada vez más los que "TENEMOS ESPERANZA", de que una nueva andadura
conjunta está por legar, en la que un mundo mas funcional, igualitario y sostenible
tiene cabida. "DESDE LA PAZ COMO CAMINO, NO COMO FIN" (tal y como demostró
Gandhi)...
Quiero terminar mi reflexión con esperanza y compartiendo un Hermoso poema que
me hizo pensar en todo esto, es de MARIO BENEDETTI:
" SI DIOS FUERA MUJER"
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.