Los amados, es simplemente verlos
como ellos se cuidan en el instante
de ver como él le limpia con sus dedos
las migajas de pan en su mejilla izquierda,
en su pecho derecho.
Los amados se cuidan,
se contemplan
se avivan.
O simplemente ella le rosa
con sus dedos el cabello,
lo desenreda con los dedos,
mientras le trenza cariño en ellos.
Así son los amados se comparten el pan,
un café con crema de leche.
Así de simples y sencillos son los amados.
Cuando los corazones andan en tregua
y se entregan a la contemplación, al cuidado.
Los amados saben lo que son,
porque lo han probado en cada vértice,
en cada caminata de la vida diaria.
Los amados, como ellos que están a mi lado
se escuchan con suma atención
y así, aunque se equivoquen
con uno que otro manifiesto
mal articulado, mal dicho;
se saben reír de ello y se corrigen,
mientras se hacen una broma y otra.
Los amados saben verse con el silencio
porque también hace parte de sus platicas
extensas y entretenidas.
Los amados, velan el sueño del otro,
la enfermedad del otro,
saben hacer las cosas a dúo.
© D. Valencia Tobón. Reservados todos los derechos de autor.