Mi preciosa niña: hoy he estado un poco pensativo, verá usted, hay muchas cosas que me gustaría decirle, creó y estoy completamente seguro que a esta hora se siente sola, no lo puede negar, es algo que se nota mucho, yo pretendo acompañarla en cada uno de sus días y por las madrugadas me gustaría darle muchos besos en sus mejillas, claro, siempre y cuando usted lo permita, no voy a negar que desde que supe de su existencia me enamoré locamente de usted mi niña hermosa, pero es que tiene que entender una cosa, yo no soy como los patanes con los que le ha tocado lidiar, no mi estimada, tal vez, y estoy en la total disposición de esperar a que se decida de una vez por todas a que se deje querer... No por una noche, pues bien es cierto que muchos hombres la ven como un pedazo de carne humana, yo por el contrario, puedo decir que la veo en la completa necesidad de recibir muchos abrazos, quizá de salir un día por la tarde a caminar por las calles, de ir a la iglesia y darle gracias a Dios por un día más de vida. Espero y pueda entender que mis intenciones son enseñarle a enamorarse, no quiero que sufra más por la soledad, es malo eso de estar en compañía de la amargura. Bueno aquí estaré esperando su respuesta.
Atte: Un loco enamorado.