Entre horas y pestañas
cerca del margen
de este mundo
y el que no,
en donde te sostengo
con gran dicha,
en donde puedo quererte
sin temor ni complejidad,
me creo encarecidamente
una utopía a tu lado
prepárate que este amor
no es como cualquiera,
es radiante y deslumbrante,
con aptitud de cuidarte,
de cubrir con besos y caricias
el velo aterciopelado de tu alma,
observaras que mi querer no se compara,
que mi esencia es adictiva,
no es que sea egoncetrista
pero yo, mas que nunca
he aprendido a amarla
con este verso promulgo
el deseo que tengo
de encontrar una veta,
aunque sea mínima,
en el enorme regazo
de tu gran amor.