Nro. # 1
Y si tú eres calma y yo soy tempestad...
Y si tú me apaciguas mientras yo te desordeno,
solo le podría pedir a la vida que te vuelvas
la virtud que hace pequeño mi pecado
y le brinda paz a mi conciencia...
Porque eres la ternura que mantiene
en calma este infierno y hace temblar
a los demonios que me perturban.
Nro. # 2
Y desde entonces él se pierde en la inmensidad de su silencio
y ella se encarga de aferrarse a su ausencia...
Y así ambos se dedican a morir en la agonía de su soledad
y en la tortura de su anhelo.
Nro. # 3
Yo soy Pecado y Virtud...
Soy la tempestad de tu mente que agita
con fuerza tus pensamientos más impropios,
tus anhelos prohibidos, apaga la luz y dejáte
llevar, perseguir tu sexo es delirio de mi ser
y poseerte es la satisfacción divina
de entregarte la luna cada noche mucho
antes del amanecer.
Nro. # 4
Ven y dime si soy yo quién le da razón a tu locura...
Ven y dime si soy yo quién te alegra los días...
Ven y dime que soy yo quién tu mente analiza...
Ven y dime que me quede por un instante y te prometo
congelar el tiempo para que se convierta en eternidad,
esa eternidad que no poseo pero que anhelo darte...
Sólo dime que soy yo con mis virtudes y defectos
él que te roba mil sonrisas y da colores a tu vida.