A. Martinez

De los ojos a la boca.

 

Hay quien dice
que es triste la mirada,
pero yo digo,
que hay un coro de estrellas
lanzando luces
dentro de esos ojos,
destellos vivos
donde se enredan los sueños,
donde ruedan,
incandescentes señales,
que van resbalando
por las iris,
como capullitos de miel
recién cortados.

Y de la boca,
cómo obviar esa
fruta
de alas intensamente rojas,
inmensamente fresca;
cómo no tropezar
en ese trazo imperecedero
de los besos,
en esos labios,
cincelados
de jugoso mineral,
persianas
tras las que balian
las sonrisas,
almohadas
de plumas ligeras
donde se acurruca la voz.

Eduardo A. Bello Martínez
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