Ausencia de los días y las noches,
fugaz estrella que cruzara el cielo
espuma que deshace los desvelos
luz del amanecer tan esperada.
La gota de rocío, mas llorada
en madrugada desolada y triste
el eco de la voz, que ya no existe
dolor de una partida no anunciada.
Silencio que de tanto se hizo eterno
la pena inmensa, desamor profundo
buscando una presencia en medio mundo
sin encontrar la huella de su esencia.
Exuberantes selvas de nostalgia
helechos gigantescos del olvido
las aguas estancadas del sentido
que no permiten escapar; que abrazan.
Corazón que lloró su propia muerte
ante la indiferencia más brutal
navegando hacia el puerto del jamás
sostenido tan solo por los sueños.
Soñar que fue el más duro desafío
para quien hizo ideal de aquella magia
aceptar que tan solo es el destino
quien dictara lo cierto del mañana.