Jinetera de Playa del Este
donde su hermosura compré
por un puñado de dólares
quince días y quince noches
para amarla y conocer
su casa y sus costumbres
cómo viven los cubanos
sonriendo en la escasez ?
En Cuba poseía un atractivo
que me hacía turista VIP
ser de la misma tierra
de quien el pueblo venera
de por siempre y hasta siempre
y simplemente lo llama
por su apodo argentino... El Che
Junto a ella imité
las noches de Hemingway
comenzando a beber
en La Bodeguita del Medio
unos mojitos... y varios daiquiris
en El Floridita después...
Escuchamos las guitarras
salpicados por las gotas
de las olas al romper
sobre el Viejo Malecón...
Son y color de la Isla
disfrutamos con la Luna
en el Cabaret Tropicana
cenando a cielo abierto
en romántica velada
Vivimos la Habana Vieja
paseando antiguas calles
y en la Plaza de la Catedral
donde una Banda sonaba
bailando Salsa me hallé...
Moros y Cristianos saboreél
en la mesa de su cocina
acompañado con té
con sus tíos... y un café...
Y en el vetusto caserón
ruinas de la opulencia
de los gringos y su poder
nos amamos noche a noche
sin vergüenzas... con placer...
en la humedad y el calor
de una descolorida habitación
sintiendo estremecer su cuerpo
y brillar en la penumbra
la luz de su oliva piel
Llegó el día de partir...
no éramos ya los mismos dos...
aquellos que una mañana
en una playa de La Habana
coincidieron en el precio
de unos días a convivir...
Se buscaron las miradas
con las manos entrelazadas
ya no brillaban sus ojos
ni los míos como ayer...
dejé con el último beso
un adiós... que no olvidé !