Erika Sanchez

Un corto adiós de una mujer débil

Él la creía débil,

veía sus manos finas,

sus piernas poco firmes,

sus uñas mordidas.

No sabía cuanto coraje tenía en su interior,

sí, se lo demostró a paso firme. 

Lo dejó.


Debiste ver como azotó la puerta cuando lo dejó,

rompió un cristal,

rompió mi corazón,

le dijo adiós y su voz no tembló ni un poco.

Y yo creyéndola débil...