Cuán hermoso cuerpo cristalino,
como la voz clara y vista del avaro
con derecho en la esquina del faro,
la mirada sutil en cuerpo masculino.
Resbala del cielo el agua de su objeto,
su trasero al descubierto al velo celoso,
al imán de los dos sexos a lo más hermoso,
esconda su lindeza su pulido secreto.
El falo es el dios mayor venerado
del ojo hermafrodita su apellido
silba libre su blanco ladrido,
manchado de semilla lo bordado.
Dejad que el viento sus labios acaricie
esa figura que llevado a la oscuridad,
la sombra fémina se lleva con impunidad
la atracción absoluta todo lo codicie.
Cuerpos desnudos no combaten supremacía,
su hermosura es gran poderío,
bailen juntos al viento en albedrío,
masculino o femenino siempre en armonía.