Historia de un amor sempiterno
traspasa el mural del espacio-tiempo,
de dos seres que son uno mismo
en este plano están divididos,
amor creado hace eones de existencia
emula a la galaxia lejana
es un amor que no pedía nada,
ya que en sí mismo todo encontraba
gema blanca en la nada brillaba.
Deseo, imaginado por Ab-ba
en el azul celeste semblanza,
bellinte, creación, nacer del ha-ba,
la perfección de la no materia
es fulgor perfecto del espíritu,
deidades que no conoce el mortal,
su nombre celestial de este ser: Kiu
no es hombre o mujer, juntos son más.
Palidecen las grandes estrellas
sus pasos son una vida de ellas,
lo espiritual prevalecerá
mientras lo material cesará,
sus brazos candor, la luz inicial
donde todo ser procederá
aunque, ahora no pueda recordar
su magnificencia, su eternidad.
Amor concebido en lo infinito
en lo limitado del vacío,
comparte una vida en lo finito
aun en el sendero del olvido.
Amor, lenguaje desconocido
se llaman por medio de sus sueños,
uno y el otro saben que existen
aunque en esta vida no coincidan.
El gran amor por el otro vive
más nunca su rostro mirarán,
su alma dice: Tú presente estás
en la calidez de mis suspiros
en el alba del nuevo amanecer,
en el atardecer se han de extrañar
al anochecer la blanca estrella
tirita tímida en su ventana,
irradia esperanza del mañana.
En el dulce aroma de la rosa
la lluvia que la alimentará,
voces, silencio, escuchará
los versos que el poeta escribirá.
Hoy un día menos para reencontrar
el camino que los llevará
nuevamente, a su eterno y bello hogar
nada ni nadie los detendrá.
Amor concebido sin falacia
sin egoísmos o perturbaciones,
miedos, son de ellos los sentimientos,
puros y tiernos sus universos,
el pensar irracional no sabrá
el por qué de este amor primaveral.