¿Puedo sonreír en tus sueños?
buscando anhelar los días
enredado en tus besos sueltos.
Dime la razón para irme,
sí, quieres que me quedé.
Dame la razón de tenerte,
en mis suspiros fríos.
Tendría que leer las hojas
de tu libro escrito,
en ese idioma que tu piel
no me deja ver,
cuando me tomas por
la inquietud de quererte
cada día un poco,
y poco a poco más.
¿Cómo deseo tus enredaderas?,
sí dejo mi alma en un hilo,
esperando a deleitarme
en el sosaño de tu inquietud.
Soslayó el verano de tu enero,
extrañó el no haberte hablado
aquel donde estremecías el cielo.
Y ahora que estás aquí, a un lado,
solo pertenezco a la enredadera
de tus brazos sensibles.
Te confiesó todo mis deseos,
dejando lo que alguna vez
no te pude decir al mirarte.
Me cohíbes el invierno,
estremeces la primavera,
olvidas el otoño solos
y estas conmigo en esté
verano frío.
Me dormiré en tus brazos
para despertar en tus sueños,
e ir a los secretos de tu estrellas.