Antonio Bistrain

Un día en tus brazos

¿Puedo sonreír en tus sueños?

buscando anhelar los días 

enredado en tus besos sueltos.

 

Dime la razón para irme,

sí, quieres que me quedé.

Dame la razón de tenerte,

en mis suspiros fríos.

 

 Tendría que leer las hojas

de tu libro escrito,

en ese idioma que tu piel

no me deja ver,

cuando me tomas por 

la inquietud de quererte

cada día un poco,

y poco a poco más.

 

¿Cómo deseo tus enredaderas?,

sí dejo mi alma en un hilo,

esperando a deleitarme 

en el sosaño de tu inquietud.

 

Soslayó el verano de tu enero,

extrañó el no haberte hablado

aquel donde estremecías el cielo.

Y ahora que estás aquí, a un lado,

solo pertenezco a la enredadera

de tus brazos sensibles.

 

Te confiesó todo mis deseos,

dejando lo que alguna vez

no te pude decir al mirarte.

 

Me cohíbes el invierno,

estremeces la primavera,

olvidas el otoño solos

y estas conmigo en esté

verano frío.

 

Me dormiré en tus brazos

para despertar en tus sueños,

e ir a los secretos de tu estrellas.