Hay amores inentendibles.
Este es el amor de la hija
Que ama al padre que la castiga
Pensando que su violencia es amarla.
Hay amores inexplicables.
Este es el amor de la madre
Que ama al hijo que la desprecia
Soñando con que pronto vuelva a besarle.
Hay amores despreciables.
Este es el amor de la perfidia
De la lujuria, la mentira y la envidia
Que seducen el alma haciéndola miserable.
Hay amores entrañables.
Estos son los que nunca se olvidan,
Son apacibles, desprendidos y afables
Son amores imborrables, amores de toda la vida.
Por Pablo Pérez Maisonet