Alfredo Daniel Lopez

Reflexión sobre el amor y la felicidad.

 

 

¿Qué pasa cuándo el primer gran amor de nuestra vida se nos va? Sentimos -quizás no todos pero yo sí- en ese momento como si el mundo que nos rodea se nos vienera abajo. Luego llegan las lagrimas, el dolor y la angustia.
Nos preguntamos o a veces preguntamos al viento que nos acaricia ese día ¿cómo te va mi amor, cómo te va?
Y nos lo volvemos a preguntar una y otra vez, como queriendo en el silencio que nos rodea encontrar esa respuesta, hasta creemos y sentimos a la pareja amada... muy próxima... a nuestro lado.
Y repetimos la pregunta otra vez pero cambiando las palabras ¿eres feliz mi bien, dímelo sin engañar pues a mi puerta el amor no volverá?

 

Entonces no entendemos que la vida no nos ha dado ese golpe que sentimos tan duro, ya que muchas veces proyectamos nuestras vidas en función de aquella pareja tan deseada, en función de aquel amor que pensamos es el ideal para nosotros... Pero no siempre lo es, y entonces surge de la nada, de entre las sombras más oscuras la zizañera y endemoniada duda, para atormentarnos con otra pregunta; ¿fué culpa mía? ¿lo pude haber evitado?, lo pensamos, nos preguntamos y hasta por ello nos castigamos. 
Lo cierto es que llegamos, sin quererlo ni saberlo a errónea conclusión que separarnos fue lo peor.
Pero esto lo decimos bajo el influjo pasional del amor que ya no sentimos o que ya no es correspondido, perdemos por lo tanto la lógica y la objetividad.

Sea porque así lo decidimos o porque lo decidió la otra mitad, ya no podemos seguir juntos y una pareja son dos no solo uno, eso sí es una realidad.
Si nos sentimos solos, tristes y perdidos, puede que aún sintamos que lo que pasó fue precipitado, o tal vez el sentimiento de culpa esté haciendo de las suyas en nuestro interior. 

 

Una relación no la rompen las circunstancias, ni las fatalidades del destino. Una relación la acaba sobre todo, la falta de comunicación entre los dos amantes, los celos infundados, las dudas, el deseo de posesión, el querer sobresalir uno por encima del otro; las infidelidades, la manipulación, el mal sexo concebido así, cuando uno busca placer y no se preocupa en procurar placer a su otra mitad.

Todo esto contribuye a formar un complejo mosaico, cuyo único dibujo visible es la ruptura a la larga de aquel amor mal habido. 

 

Pienso que todo lo antes dicho, está inmerso en las maneras o formas erróneas -claro- de exteriorizar lo que pensamos, en no ser claros por creer que con ellos haremos daño, y esto no deja de ser una clara manifestación de la falta de confianza y/o comunicación entre los dos que forman la pareja... Repito nunca será responsabilidad de uno solo si la pareja falla, quizás en diferentes medidas pero fallan los dos, hasta quien se siente no responsable, pues al dejar pasar el tiempo y creer que todo cambiará... mirando de reojo al que comparte la cama cuando  de verdad ya nada de él le conmueve, es tan responsable como quien se aferra al ser que cree amar. 

 

Así una relación no equilibrada -hablo de estas características- está condenada al fracaso, ¡la relación sí pero el sentimiento por lo general no!, solemos querer a ese ser aún después de separados y hasta aún después de haber sufrido por esos malos ratos. 


Aquí quisiera hacer un matiz muy peculiar, que una vez escuche de una eminencia en medicina, quién me dijo \"en lugar de haber charlas pre-matrimoniales, se deberían hacer test psicológicos de compatibilidad y adaptabilidad entre los futuros esposos, así se evitarían tantos divorcios\". Quizás tenga mucha razón mi amigo médico, y esto no se circunscriba a los esposos y sus malas consecuencias en los divorcios, sino que debería extrapolarse a todas las relaciones de pareja.
Pero seamos conscientes... ésta afirmación aún considerandola normal roza la utopía en el mundo real. No podríamos ir por allí, con un test psicológico bajo el brazo cuando queremos a una persona conocer, pero si nos debería quedar claro, que si no hay afinidad ni complicidad en la manera de vivir, de relacionarnos y de pasar nuestros buenos ratos, esa persona, esa futura pareja no es nuestro porvenir. Si aún con ésta reflexión decidimos seguir adelante, es casi seguro que cuando el final llegue - que llegará- no nos causará daño y es más, podremos recordar a ese ser que compartió nuestra vida y nuestra cama, dibujando una leve sonrisa que grafique la alegría por los buenos momentos vividos.

Recordemos que seguir un consejo es una opción que a veces se nubla cuando arremete con fuerza el deseo o lo barniza el color rojo del corazón.

 

\'El amor no se puede circunscribir a la lógica de la ciencia, ni valorar por un test psicológico\', pienso y pensé que de ser así estaríamos matando el autentico sentido del amor, que no de la atracción si  la entendemos tal como realmente lo es. Es en este momento, luego de analizar lo expuesto y analizarme yo mismo, que llego a la conclusión de que tal vez, sólo tal vez, mi amigo médico tuviera razón.

 

Pero para mí el sentido del amor no es otro que luchar por lograr la felicidad, para saber o aceptar que ésta se nos da: \'en pequeñas dosis de alegría, paz, sosiego y pasión, entre instantes de dolor y dolor\'.


No podemos quitar del amor el dolor, ya que es el dolor producido por el amor lo que hace es que éste crezca y se haga fuerte, que pueda soportar los envistes de la vida.
El amor nos hace creer en lo imposible y poner en esa ilusión alma, corazón y vida. Sin amor no habría heroísmo, ni milagros, ni locuras o aventuras.
El amor no es lógica, no es matemáticas, no es razón, ni se puede asociar simplemente ha una relación química entre dos personas, donde gobiernan las feromonas y los neurotrasmisores de nuestro cerebro.

 

El amor es aquello que nos mueve para que cada día estemos aquí.
El amor hace que le quitemos horas de sueño a nuestras vidas.
El amor nos hace compartir aún sin vernos, palabras cariñosas que a menudo en los circulo donde nos movemos es dificil decir.

Por amor seguimos luchando cada día.
Por amor estamos \"en busca constante de la felicidad\"... Y yo estoy aquí, ahora frente a ti que me lees, buscando la felicidad que un día ya lejano perdí.

 

 


Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
09 - 06 - 2018