No es mi propósito
sincronizar con la imprudencia
pero deseo fervorosamente
que en un acarreo de conciencia
un eco se replique en tí
y te susurre que la vida
es como una olla de presión
bajo fuego perpetuo
que en cualquier momento
puede colocar en las vías de nuestro tren
una fábrica de bestias
para anunciar la inminencia de algún holocausto.
Te propongo un remedio
para subsanar las grietas engendradas
en este extraño arrecife
mantenernos al margen del caos
y encontrar amnistía
puede ser posible
mediante una conexión
entre almas y cuerpos.
Una ecuación de piel
puede darnos todas las respuestas
y es capaz de silenciar tanta vorágine
solo que no acepta
pactos ni juramentos
pues la naturaleza humana es contradictoria
sabe que la vida es momentánea
y la única posibilidad de palpar la eternidad
deja a un lado al prejuicio
y a los tribunales de afuera.
No preguntes más
ven a mis brazos
y sino da la vuelta.
Recuerda que para acceder a la cumbre
no es necesario darle la vuelta al universo
pues en una asociación de tejidos y huesos
podemos rendirlo a nuestros pies.