Tu mirada inocente, alimenta la noche;
Cuando dos cuerpos, acarician el alma;
Embriagan y viajan, en cada amanecer;
Estallan en el infinito, para florecer…
Con letras, que versan en la ventana;
Con notas musicales, que encantan los ojos;
Que miran los desvelos, de cada cielo gris;
Que se escriben, en cada estrella solitaria…
Recuerdos y respiros de vida;
Que se deleitan, rozando tus latidos;
Cuando tu camino, espera el mío;
Cuando palpitan, dentro de los sueños…
Recordando el chillido, que brota sonrisas;
Que germinan, sensaciones de calma;
Que gota a gota, secan tus ojos brillantes;
Cuando el regalo de la vida, es tu aliento…