alupego (Ángel L. Pérez)

CUESTIÓN DE RIMAS

 

A veces, la vida rima.
Otras veces asonante.
A menudo torna asíncrona.
Más frecuente altisonante.
En ocasiones suspira.
En otras vive jadeante.

El verso que siempre rima,
es el verso del amante.
Cuando los besos cautivan,
riman en cualquier instante.
Preludio de nuevas vidas,
cuando el amor es constante.

Agridulces son las rimas,
que sonando delirantes.
Atrapan almas perdidas,
que pululan vacilantes.
Que por ser menos queridas,
no por eso aman en balde.

El amor nunca se achica,
aunque no le sienta nadie.
Florece entre las espinas,
y entre las piedras renace.
Bello entre la inmundicia.
En la oscuridad radiante.

Así rimando comienzan,
los novicios avatares.
Cuando las semillas crezcan,
enorme será su alcance.
Que rimando con la tierra,
brillan como los diamantes.

Miradas que van rimando,
mientras los ojos se hablen.
Cuando al filo de una idea,
la mirada penetrante.
En simbiosis se alinea,
con los ojos del que sabe.

Rimas que a veces no riman.
Pero concitan verdades.
Como la flor se marchita,
mientras otras flores nacen.
Ciclo rítmico de vida,
que de cada esencia emane.

Rimas que sin rimar viven,
en el corazón que ame.
Anidando sobreviven,
en las mentes más procaces.
Aunque sin querer cautiven,
a los que al amor se abren.
A. L.
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