Ay que grande es la amargura
y que poca la emoción
la que guarda la tortuga
dentro del caparazón.
En el mundo de los animales
he visto dos grandes tristezas:
una en los orangutanes
y la otra, en las perezas.
Una gallina lloraba sin consuelo
y lágrimas tristes rodaban por su pico…
El granjero ayer le quito los huevos
y no empollará porque habrá huevos fritos
Y que decir de la hembra canguro
que tenía su bolsillo descosido
y por andar saltando con apuros
no vio que su cría se le había caído.
La pobre oruga tranquila dormitaba
envuelta en su edredón de seda
y fue despertada por el batir de sus alas
Sentenciando: “Lázaro, levántate y vuela”.