Qué es ser, si somos tantas cosas
que ninguna es algo
como esa mano, que es de alguien
quizá tuya
que abre la puerta y puede dejarme pasar
a ese sitio tan difuso y vano
llamado destino.
Donde la mirada, se sumerge
en océanos y cielos de estrellas fugaces
que escapan
eternas, en cada beso...
Mientras la verdad incontrastable
me dice que más vale
nunca hallar el paraíso
y eternamente buscarlo
en la esquiva mirada de tu amor
como el ave abrazando el cielo
sustentándose en la aparente nada…