Las Estrellas de Estocolmo.
¿Por qué vemos estrellas en esta noche de invierno? ¿Por qué te veo en ellas si esta vez ya te tengo? Caminamos lentamente bajo la noche de Estocolmo: todo es sueño en lo silente de este tiempo sin retorno.
Tú me muestras las calles que te conocen desde niña y yo me amarro a los detalles que a mirarte a mí me obligan. Hoy me siento frente a frente contemplando tu mirada; hoy yo sueño ciegamente en lo que ignoran tus palabras.
¿Te puedo tomar la mano mientras vemos cómo nieva? Hoy deseo ver lejano el dolor que abrió mi pena. Quiero ver que se detiene todo el mundo en estas horas: que esta vida me condene, simplemente no me importa.
Nos van a tratar de locos, dirán que es un pecado, pero somos como pocos cada vez que nos miramos. ¡Qué se pudran los poemas!, ¡qué se duerman las palabras! Nunca viven los problemas cuando existen las miradas.
¿Por qué vemos estrellas en esta noche de invierno? ¿Por qué te veo en ellas si esta vez ya te tengo? Caminamos lentamente bajo la noche de Estocolmo: tú me miras fijamente y yo en risas te respondo.
Me haces ver los pastizales todos cubiertos de nieve y yo me amarro a las señales de una lágrima que duerme. Hoy te tengo frente a frente, veo el verde en tu mirada: hoy tú sueñas ciegamente en lo que ignoran mis palabras.
¿Te puedo tocar la cara mientras vemos cómo nieva? Hoy, que nada nos separa, no interesa la condena. Quiero ver que se derrumba todo el mundo en estas horas: que me manden a la tumba, simplemente no me importa.
No interesa si es pecado o que estemos algo locos: esta noche hemos mirado las estrellas de Estocolmo. ¡Qué se pudran los poemas!, ¡qué se duerman las palabras! Nunca viven los problemas cuando existen las miradas.
A Claudia Jara.