Zoraya M. Rodríguez

**~El Vacío del Cielo - Cuento Corto~**

Había una vez un llano tan inmenso que cabía un barco gigante allí. Había un cielo gigante donde cabía una casa gigante allí. Entonces se construyó la casa en el cielo y vivía allí un viejito muy sabio. Que le dice a sus nietos: -“no salgan de noche, después de las 12:00 que la casa es diminuta y nosotros gigantes”-. Siempre el viejito les decía y le contaba cuentos extraños. Entonces, una noche no quedó la casa diminuta sino que se apagó la luz del recibidor. Entonces, todos salieron a ver qué sucedía, entonces, la casa se estremeció y se cayó a la tierra. Ellos, quedaron varados allí, en el vacío del cielo. Entonces, el viejo dice, -“ésto no puede ser así, no nos podemos quedar sin casa, sin un hogar, sin una familia”-.
Entonces, encendió el foco de luz, otra vez, y otra vez, y otra vez, entonces aparece y desaparece la casa gigante del cielo. Entonces el sabio dijo, -“quiero que aparezcas siempre”-, y dejó encendido el foco de luz. Cuando en una madrugada vió todo el fuego que logró el foco y perdió todo, y toda la casa encendía y que no se desaparecía más, pero, quedó quemada, destruida y sin valor alguno. La casa desolada, en soledad y lo peor aún vacía, quedó muy triste junto a sus nietos. Cuando un día un avión los lleva a tierra, porque quedaron desolados los gigantes. Todo mundo los miraba extrañados. Y es que eran gigantes en verdad. El gobierno les construyó una casita “gigante”, para ellos. Y se quedó el gigante para siempre allí en la tierra. Mientras que la gente se acostumbraba a verlos de forma inusual. Ellos, aprendían a vivir bien y sobre todo felices. Entonces el viejo sabio mira el cielo una noche esplendorosa y estrellada, y dice -“el vacío del cielo”... Cuando una estrella alumbró con todo su poder y el viejo vió que aparecía su casa nuevamente y desaparecía, era el foco de luz otra vez, otra vez y otra vez, entonces él subió al cielo en un avión. Y se quedó allí unas cuantas noches, en soledad, sin su casa  gigante en el cielo y con el vacío del cielo… Entonces, se dice, que el viejo sabio toma el foco de luz y se lo llevó a la tierra. Entonces lo colocó afuera de la casa, y lo apagó, cuando encendía veía en el cielo a su casa gigante, bella y reluciente. Pero, se apagó la estrella que hacía titilar para dar luz al cielo y poder ver la casa. Entonces, se quedó el vacío del cielo, sin los gigantes de la casa más bella del cielo gigante, y se descubre que el foco la poseía como un hechizo de una bruja que realizó el embrujo así, y del tal manera, que se vió la casa gigante desde la tierra hacia todo un cielo azul y brillante por el día y por la noche también. El viejo murió, y dijo al final de su trayecto de vida que: -“todo lo gigante se vuelve pequeño ante los ojos”-. Y el sabio murió con el foco entre sus manos. Y el cielo, ay, el cielo, ay, el cielo, quedó el vacío del cielo ante todos por igual…

 

FIN