Santiago Miranda

ConĂ³cete a ti mismo

 

Inscrito en los portales de tu frente, incrustado
En el diamantino fulgor de tu múltiple mirada
Señalan los cuatro verbos de la rosa, deshojada
Y del espinado viento; tu deber -fuera- es buscarte

Entre las ruinas que vamos siendo, lo constante
No dejes que te sepulten, que acaben contigo los actos
Inacabables efectos alterados, imprecisas sucesiones
Pretéritas, presentes e imperfectas ø condicionales

Conócete ante todo duda, ahonda en tu abismo
Sistemático, desanuda los lazos tirantes del sentido
Y si no hay nada aún, que nada haya luego, nada
Y si hay atisbo de luz, que todo se reúna en ti y estalle

El destino de lo esperado, lo premeditado
O un salto sin sentido, pero para qué
Conocerse ¿Acaso es necesario? ¿Cuál es
El sentido del significado? de lo absurdo es evidente

¿Uno es el mundo? ¿Reconociéndose a sí
A través del mortal respiro, efímero, debatiéndose
Entre lo moral de lo consciente entre lo in/trascendente
¿Pero qué hay que conocer-se? La nada es insondable

Ii

Búscate entre tu tiempo libre, indaga el vacío
La huella, la impostergable llama, el urgente llamado
-hacia atrás en lo futuro, la visión fortuita, hurgando-
Tu origen en la fuerza creadora, completando
Espacios, que se llevan dentro de sí (los mares
Terráneos, cielos terrestres, terruños etílicos, volátiles
Y personajes dentro del mito escrito en aire, la sangre)
Bombea espesa en los espacios, El amor
Es aire. Que se adentra, en la carne y se devuelve
Vaho

Recupera a tus muertos que cargas, siempre
En lo futuro como posibilidades, conócete
A través de lo otro, espejos gastados, no hay otra
Forma de reconocerse, todo va mezclado, caosyorden 
Todo así funciona, y si funciona así tal cual es dejado

(30/12/2016)