Sé que vivo aún en las quietudes de mi alma,
pero advierto más esa existencia
cuando hay alborotos que despiertan
mis deseos de traer y sembrar vientos
de luces y grises que allí estaban, al lado del sendero.
Cuando siento en los recuerdos el sabor de la ambrosía
y son fragancias aún los infortunios
y la palabra me obliga a hacerla verso
recordando a mi sentir que aún existo.
Cuando se cicatrizan las llagas de la noche
y son besos el azul del infinito y el rojo del ocaso;
y son sueños los sueños ya vividos y son sueños
lo que sueño más allá.
Cuando veo asombrado que persiste todavía
el cándido embeleso de mi infancia,
que sigo viendo los dibujos en la luna
y el olor a campo me estremece
y me sigue enriqueciendo alguna charla
con la ingenua llaneza de mis niños.
¡Me siento vivo en el aire que respiro
y en esos destellos que estando me conmueven!
De mi libro “Del sentir que reverbera”. 2018 ISBN 978-987-763-458-7