Comprendí
que verte leer
era el placer mas lindo de la tarde
observarte revolotear como mariposa
por los estantes llenos de cuentos y poemas
donde tus ojos comentaban un texto
dándome la espalda desnuda a todos mis abismos.
Comprendí tu literatura como mía
tus piernas eran estrofas
que escribían canciones cantadas
con sabor a amor y encanto.
Entendí crudamente
que desde ese día
las librerías no serían lo mismo
ante mi cuerpo y mi ser
en un cuento casi perfecto
como tus senos de miel.