Polvo y telas de arañas
escondían por detrás
cientos de obras antañas
que debía ya encontrar.
Había de todo y por doquier,
libros de ciencias y ajedrez.
Era la biblioteca de mi padre,
la que quería renacer, y
siendo mi gozo y orgullo,
a mis manos enriquecer.
Por lógica, en mi poder
esos libros he de tener.
En prefacio e índice
a su dueño le serán infiel.