Conmovida,
susurrante, la suave voz
me dice:
-Eres savia que se eleva,
la que humedece la blanca rosa...
Herbaje puro,
tus cabellos al Viento...
perfumados
en el amanecer del cielo
escondido.
Bebe el rocío
que se desgrana en gotas,
pisa la Tierra , Ya!
(no vueles más, niña...)
-Eres rosa blanca y púrpura,
y tierna,
que habita
entre
mis endiabladas
sábanas...