Nuestro inquietante espacio estrecho día tras día,
reducido hasta la asfixia, exprime los pensamientos hasta el grito silencioso;
que pide algo de energía, y asalta chatarrerías;
engulléndose la vida hasta dormirse en vigilia de cuidar su verde respirar...
Después de comprender que nuestra esclavitud nos escurrió la energía,
que la perversidad tiene otros conceptos de la vida,
Ambiciónamos atacar; denunciando la vergüenza de nuestra sumisión;
cuál golondrina en invierno que no pudo emigrar.
Todo es nuevo cada día... Arrastramos la negrura del ayer,
El dolor y la amargura que nos causó un desamor,
impotencia ante el abuso que nos infringe el poder,
temor de abandonar lo que inspira el sentimiento;
esa pequeña luz lejana, salida o entrada a lo desconocido.
Envejecimiento y muerte; es lo seguro en la vida
procreamos los reflejos, espejismos de un instante;
serpentea ante nuestros ojos mostrando ese sentimiento
Producido en la lascivia que poseyó nuestra carne.
shoss 9/07/2018 18:30