Fabricio Terán

Segundos ojos

 

Toca vivir

con el almanaque desnudo en invierno

escudriñar

cada leyenda de flor

como hace el viento otoñal

el tiempo es candor

breve que vacía

los hálitos y labra con su espada

la piel

boca de escamas

que exuda un río de agua clara a través

de los días

el ímpetu se apaga como coctel

de fuego y el cuerpo succionado

se evapora en monólogos

luego

ya no obsesiona la libertad

amante ruidosa de vientre en trance

y labios ligeros

el lecho ahoga su animal feroz

y espera amanecer

sin más sudor frío

con café

caliente y el desenfreno subsumido

en el diario de las seis