Tus encantos una telaraña son.
Envolviéronme la conciencia sin misericordia alguna.
Encadenando mis sentimientos glotones
a los tuyos.
Una verdadera madeja pegajosa
Mi cariño enclaustró, sin poder de ellos salir,
prisioneros quedaron.
Entre más lucho, más ligados permanecen.
Al sentir de tus suculentos labios su fogosidad
afloran en los míos frivolidades ocultas
tanto tiempo en escondidas,
ansiosas de salir.
Vanidades escondidas en el sensible espíritu soñador,
de mi delirante querer,
con arrebatado furor las incendia.
Calcinadas e inertes a tus pies quedan.
Mis fantasías, cual yesca desecadas de pasión
se chamuscan en lo más profundo
de mi pecho.
Tus caricias la existencia perturban,
enloquecido me tienen.
La telaraña de tu querer enreda deseos inenarrables
en una trama de avideces,
incitando sensuales desvaríos.
bambam