Dejaré colgado en el relente de la vida un beso.
Lo dejaré respirando los calores de las estrellas,
aquellas que son tenaces y fugitivas luces en la distancia.
Tendré mis labios al pairo de las noches que se suceden
en alguna parte de esta original peluquería
donde corto y mido los deseos de besarte.
Habrá raíces y sastres presurosos en la medida
perfecta de la intención…y raíces:
elementales formas de estos dedos
que necesitan de esas teclas donde escondes tu vida.
Partituras de esta música incompleta
que quiere buscar en tus labios el acorde necesario.
Dejaré al apuro del relente los cuchillos afilados
de estos sueños que son jinetes desamparados.
Estos cementerios que pueblan mis labios
son nombres que viven y son materiales para darte.
Se me cierran las puertas en la intención de poseerte
y los ventanales de mi alma revientan mi sexo al pensarte.
Buscaré la veta y el poro de este material que me lleva a ti
mientras mis manos lloran por no tocarte.
Cuanto dispongo y tanto no tengo
que cuando te nombro soy tartamudo
y mi corazón salta moribundo por tenerte.
Me acostaré en el tálamo de estas rosas que te envío,
sumergiendo en mis sueños la esclarecida forma de quererte
y tu nombre haciendo campanas en mis sentidos.