Creo que he llegado por casualidad,
sin decir nada,te ví brillar entre
la luna de tus ojos y mis ganas de vivir.
Sólo hay una sonrisa
a la que puedo mirar.
Buscaré la oportunidad
de ser la propuesta
que te sugiera tu
noche en la almohada.
Soslayo el deseo
de tenerte a un lado.
Un descuido de ti,
y estaré para la tormenta.
Hay tantos colores,
tantas plumas,
con mil hojas
y no tengo nada
que dedicarte
con las rosas de ayer.
Te sugiero un café de
nuestros chistes viejos,
limpiarnos con servilletas
de nuestros secretos,
y así tener una charla,
hablando con los ojos.