Santiago Miranda

¿Deberían circular libres los cuerpos?

 

¿Desnudos? ¿A través del deseo y el placer? ¿A través del gobierno?
¿Cómo aprender que nadie tiene o tuvo dueño
Y nada será propiedad de otro en las nuevas ciudades?
¿Garantizar la libertad de los cuerpos, a través del influjo azaroso?

¿Dejar libres los cuerpos propagarse según sus voluntades
Voluntad que no es sino un discurso socialmente aceptado
De una voluntad que no nació de ellos, cada uno siguiendo
Peligrosamente la corriente de sus semejantes, llegando a mismo puerto?

¿Deberían cada uno amarse, por rigor cumplir con ciertos
Gestos? ¿Por ritual, construir más allá de lo simbólico
A través de la carne, los mitos nuevos? Paraísos recreados

Más en la senda de lo mismo, sólo lo mismo continúa
Y en este rostro del amor, en este reflejo, en esta vía
No comprenderemos nunca, aquel amor tan moderno

Aquel amor que no posee nunca y levemente actúa
Aquel amor que propagan como nuevo, sin quemazón
Ni ligadura, templado y comprometido solo en el viento
En cual fue pactado el compromiso, ¿Cómo aprehenderlo?