Eres tu quien interpreta mis silencios
Y lees en mis ojos el secreto no confesado
Oyes más allá de las palabras que pronuncio
Conoces los arraigados temores de mi alma
Los atavismos que me envuelven cada mañana
Sabes del momento exacto de mi necesidad
La de oír tu voz, recibir consuelo, la calidez de tu amor
Por eso eres mi baluarte, mi fortaleza amurallada
En ti me refugio, en ti me escondo de mis enemigos,
Reales e imaginarios, de fantasmas o muertos en vida
Al decir tú nombre se esfuma mi angustia,
la paz y el gozo iluminan mi sonrisa.
Cada día despierto en la certeza de tu abrazo
Y de estar en la senda de tu protección infinita