Autores: Juan Vicente Rodríguez (España)
Ma Gloria Carreón Zapata (México)
Dígame vuestra merced
que queriendome tapar de éste frío
no hallare un abrigo,
más quisiera estar con vos
aunque sea a palos
calentome de una vez,
sin no es con cariño, a leñazos.
Mire usted caballero
con tres palabras le diré,
que es usted un atrevido,
¿desea de mí el pandero?
y no contento con eso
también pide el corazón
que vuestra merced ha perdido.
¡Inmaculada Concesión,
este viejo verde tiene de noble
lo que yo de sor!
Mil perdones mi doncella
más no sé cómo explicarle
porque llevo en el alma un estandarte
y en mi corazón una niebla
más no he querido equivocarme
pero he errado mi camino
porque no puedo mirarle,
disculpe mujer bella
soy jorobado y cegato
y le pido perdón por mi alegato.
Noble caballero
no busque usted escusas
que entre musas y garatusas
hay una gran diferencia
pretende usted poseer
lo más preciado que tengo,
y por eso le confieso…
que soy de humilde cuna
honorable como ninguna,
perdono su atrevimiento
se lo dejo a su conciencia.
No deseo que usted muera
como Crisóstomo murió de amor
por la melindrosa Marcela,
sé que vos es un hidalgo
aparte de sabio y rico…
¡Por Dios!, ruego no se ofenda
sólo pretendo un poco de calor y alimento,
le juro por mil batallas
que no he querido ofenderle
y si lo hubiese echo que Dios,
me lo reprenda
y el diablo me lo comprenda,
y si no, que me liberen de ésta condena
mujer que a todos desdeña
y a nadie brinda esperanza
tan insolidaria como perversa.
¡Vaya noble caballero
donde amarran los pepinos
y se revuelcan los cochinos!
yo nunca prometo y nunca engaño,
enemiga soy de causar daño,
soy libre como el viento
y no me sujeto a ningún aspaviento.
Le pido nobles disculpas
ahora mismo mi señora
y le ánimo a que cada uno
vayamos por distinto rumbo
que yo ahora mismo ensillo mi burro
quien es y sigue siendo mi más fiel amigo,
pero de recuerdo me llevo su pandero,
sus besos y mis sueños hechos.