Me enfoco en ver la lluvia,
y el reflejo del espejo,
cuán tajante y cruda realidad,
pues si ya no he de llamarme hombre,
no me importa, mientras de sus ojos,
dolor ya no vea derramar;
rechazo la naturaleza a la
que la sociedad me quiere destinar,
yo de una mujer he nacido,
y a una mujer yo he de amar,
no me importa el rechazo de mi sexo,
mientras bien yo he de actuar,
pues eso he aprendido desde crio,
a la mujer he de respetar,
por eso yo las cuido,
y una buena amistad he de cultivar,
y no me importa de su boca,
oír un desconfiar,
pues siempre he entendido,
razones éstas tienen para tal,
y es que aúnque me digan,
que para novio no soy material,
yo defiendo mis principios
e impensable para mi es hacerlas llorar,
por eso buena amiga,
de tus lágrimas yo he de reflexionar,
y te dedico estas palabras,
que de tus lágrimas yo me he de inspirar,
no vuelvas a estar triste
en mi puedes confiar,
y así culmina este poema
que nada mas busca declarar,
que este fiel poeta
a la mujer ha de cuidar.